La reunión amena. Saber hablar
Deseas aprender a hablar en público?
No saque demasiados términos o conceptos técnicos, tratando de explicar sus grandes conocimientos sobre el asunto.En el ámbito social, y en cualquier otro, entablar una conversación es una práctica usual cuando una persona o varias, entran en contacto con otras personas, en sitios y situaciones tan diversas como puedan dejarse llevar en la vida cotidiana de cualquier individuo. Participar en una conversación requiere de algunos conocimientos sobre las pautas de educación y cortesía.
- Hay que saber dialogar y saber callar. Una conversación no es un monólogo y por ende sus intervenciones deben ser prudentes y con un espacio limitado. Hay que saber enmudecer a tiempo para atender otras intervenciones y opiniones.
- Una reunión no es una audiencia. No saque demasiados términos o conocimientos técnicos, tratando de mostrar sus grandes saberes sobre el asunto. La persona que domina un asunto deja su aplicación en las intervenciones que hace, no tiene que probar nada. Además, es un gesto poco elegante tratar de molestar o ejecutar de menos a los demás integrantes de la reunión. Quien sabe sobre un asunto es reconocido por los demás sin obligación de hacerse notar.
- La importancia de la mirada. En una reunión es cortés mirar a quien está hablando y no desviar la vista hacia otras personas o lugares de la estancia dando una impresión de impaciencia o desinterés. Esta falta de interés es una muestra de desprecio hacia quien habla.
- Respeto. En una reunión se intercambian ideas y opiniones de lo más variado. Es completamente preciso apreciar todas ellas, por muy diferentes que sean a las que usted tiene o porque no profesan sus mismas ideologías. Nadie está en posesión de la realidad, luego muchas personas crean que si, o que solo ellas tienen razón.
- Temas no recomendados. Hay diversos asuntos generales que suelen ser un punto de partida para que una reunión termine en un enfrentamiento verbal. Los argumentos que más discusión suelen originar son: religión y política, y hay quienes añaden un tercero, el sexo. No obstante, se pueden añadir otros argumentos no recomendados, sobre todo dependiendo del lugar en el que se encuentre, como puede ser dialogar de enfermedades, intervenciones quirúrgicas, etc. en la mesa.
- Inicio y final. No hay una estructura o normativa que indique quien debe gestar o terminar una conversación. Cualquier persona puede iniciarla, si bien los anfitriones suelen ser excelentes «introductores» de temas para conversar, sobre todo a la hora de realizar las presentaciones. Un anfitrión que hace las presentaciones puede aprovechar este instante para comentar: es un gran aficionado a los autos como usted, o perfectamente, es un avezado coleccionista de diplomas …
- Entrar y partir. Para entrar en una conversación y posponer la misma hay que ser precavido y prudente. A la hora de adherirse a una conversación hay que hacerlo a través de un tercero que haga de introductor o en último caso uno mismo (haciendo un simple comentario como; perdonen ¿están hablando de caza?, o algo por el estilo) siempre que la conversación no sea oficiosa. Y para dejar la conversación, lo mismo, una corta disculpa para ausentarse.
- La voz. Usted como cualquier persona tiene un determinado timbre de voz, que no puede variar sin embargo si «moderar» y controlar. Hay que hablar a un ritmo adecuado, con un tono sereno y pronunciando acertadamente. Hablar altamente alto o en gran medida rápido no aporta nada a la reunión, si no es confusión y malestar entre quienes le acompañan.