¿Cómo formar la autoestima en los niños?
Estudia Oratoria y Liderazgo en Lima
Este proceso se inicia desde el nacimiento de la persona, ya que el niño desde bebé no tiene una identidad exacta. No se conoce así mismo y no conoce al mundo que lo rodea. Es por ello que en este proceso el bebé va desarrollando su propia identidad, va aprendiendo de sus sentimientos, de lo que escucha y es de esta forma que saca sus propias conclusiones. Las conclusiones están basadas en los análisis de los hechos y de los pensamientos como las nuestras.
Estás son simplemente sensaciones. Pero siempre van dejando una huella en la mente y en sus sentimientos, ayudan a que se forme el adulto que se está desarrollando. Si cuando el bebé llora porque está molesto, mojado o tiene hambre, llega su mamá (u otro adulto) y lo toma en brazos, lo acaricia, le habla suavemente y elimina su molestia, el bebé se tranquiliza.
El bebé empieza a saber que todo va estar bien y que así va a seguir. Él se siente seguro, más confiado y más querido. El comprende que siempre alguien va estar siempre allí, para cuidarlo y evitarle el dolor. Al jugar con él, se siente feliz y aprende a confiar en la gente que lo rodea. Él es de esta forma entiende lo importante que es para la familia.
Es obvio que no razona de esta forma ni tiene estos pensamientos, ya que no sabe hablar. Pero si vive las emociones y las sensaciones de seguridad, de ser querido e importante y de confianza, que son la base de una autoestima alta.
De otro lado, si sus necesidades no son atendidas o la persona que lo cuida es brusca y fría, el bebé se siente incómodo, tenso e inseguro. El niño pequeño piensa que todo está relacionado con él, si lo cuidan, es porque él es importante, si no lo atienden o no se siente querido, es porque no es digno de ser querido y porque él está mal. ‘‘Cuando se da esta última situación, empieza a formarse una autoestima baja y una serie de etiquetas negativas, que el pequeño puede llevar por el resto de su vida’’.
Es en este sentido que es importante distinguir entre querer a un hijo y que él se sienta querido. La autoestima del niño no depende sólo del amor que sus padres sienten por él, depende de que él sienta ese amor, por eso los padres deben de comunicarles a sus hijos ese amor, de todas las maneras posibles:
Con caricias, tonos de voz cariñosos y suaves, jugando con él y diciéndoselo constantemente (Esto es en cualquier edad).
Es por ello que lo importante que las palabras y los gestos, el tono de voz y la actitud en general, manden el mismo mensaje, el decirle al niño, te quiero mucho, mientras estamos viendo televisión o enojados, sólo lo confunde y le causa angustia. ‘‘Por eso tenemos que tener cuidado con lo que le decimos, sobre todo cuando estamos tensos o enojados’’.
Es por ello que si le decimos:
De la siguiente manera «Eres un tonto», «Quítate, no sabes hacerlo bien», «Ya no te aguanto», etc., el niño se cree esas etiquetas y las hace propias.
Es así como se forman una imagen de sí mismos:
Ellos empiezan a creer que ‘’Soy un tonto, no sirvo, no soy importante ni digno de ser querido, no valgo, etc.’’
Este auto concepto se completa con la idea de:
Que «Si mis propios padres no me quieren, nadie me puede querer».
Es por ello que cuando el niño se considera malo, tonto, desobediente, etc., porque así fue calificado por sus padres, se va a comportar de esta manera. Y es muy probable, que va a seguir recibiendo los mismos calificativos y los mismos juicios, que lo han alimentado durante esos primeros años. Así, a medida que el niño va creciendo, su autoestima se fortalece o debilita, de acuerdo a las nuevas etiquetas que le ponen los demás y que se pone él mismo, porque está convencido de que son ciertas o verdaderas.
Es por ello que las bases que sus padres establecieron siguen siendo las más importantes, pero se van agregando nuevos mensajes de gente importante para él como los de: maestros, amigos, familia, etc.
Se van añadiendo nuevas etiquetas que pueden reforzar su auto imagen y acompañarlo el resto de su vida o que pueden ir la cambiando. Por lo tanto el modelo de autoestima que tenga el niño es la responsabilidad de los adultos que forman parte de su vida, ya que el aún no tiene la capacidad para hacerlo. Cuando somos adultos, tenemos que reconocer que el tipo de autoestima que queremos, depende de nosotros. No debe de importar como se formó o quizás quienes fueron los culpables. Nuestros padres hicieron lo que han podido, pero ahora somos nosotros los que tenemos la opción de modificar esa autoestima, si queremos hacerlo bien, por lo tanto es solo nuestra decisión y somos responsables de ello. ‘‘Todo está en nosotros que si queremos hacerlo, podemos lograrlo’’.
Lo que debemos hacer en primer lugar, es que debemos reconocer que realmente debemos de cambiar. Es muy probable, que si tenemos una autoestima baja, y no estamos contentos, tenemos muchos problemas y sufrimos constantemente. El sufrimiento es inevitable ya que es parte de nuestras vidas, pero muchas veces es provocado por nuestra propia actitud ante la vida, nuestra autoestima y nuestra manera de pensar. Cambiar no es fácil y con frecuencia nos da miedo. También existe la posibilidad de fracasar y aunque suene ilógico, una persona puede tener éxito. El dicho: «Más vale malo por conocido, que bueno por conocer», dirige la vida de muchísima gente.
- Pero todo lo que es desconocido lo es, solo hasta que aprendo a manejarlo. En ese momento se acaba la angustia o la tensión que la nueva situación me pueda haber provocado, y tengo que entender que siempre existe una mejor vida adelante. Si consideras que te encuentras poco motivado o te es difícil manejar la frustración, aprenderás por el ensayo y el error. Es por ello que es necesario que reconozcas la importancia de la autoestima en la vida los diferentes tipos.
- Por otro lado en segundo lugar es importante, que detectes el tipo de diálogo interno que puede mantener nuestra autoestima, para que pueda ser modificado. Es por ello que nuestros pensamientos y nuestra forma de pensar, puede determinar nuestra autoestima y nuestras emociones relacionadas a estás, como por ejemplo la angustia y el temor.
Es por ello que es importante que debamos detectarlos y aprenderlos a manejar así como a cambiar nuestro estilo de cada uno de nuestros pensamientos. Lo único que nos pueda impedir mejorar, somos nosotros mismos. Es por ello que debes de entender que te mereces una mejor vida ‘‘Pero esto se encuentra en ti, búscala’’.