LOS HABITOS DEL PENSAMIENTO CONTROLAN NUESTRAS VIDAS
Nuestros hábitos tienen el poder de acelerar o de retardar nuestro éxito. Son nuestros hábitos mentales cotidianos los que modelan nuestras vidas; ellas no se rigen tanto por nuestras inspiraciones pasajeras o por nuestras brillantes ideas, Los hábitos del pensamiento funcional como imanes, atrayendo hacia nosotros determinados objetos, personas o condiciones.
Los buenos hábitos del pensamiento os capacitan para atraeros diversos beneficios y oportunidades, mientras que los malos hábitos del pensamiento os atraen hacia personas de mentalidad materialista y hacia ambientes desfavorables.
Si aspiras a acabar con un mal hábito, debilitadlo primero evitando toda circunstancia tendiente a provocarlo o a estimularlo, mas evitad concentraros en él, en nuestro celo por evadirlo. Encauzad luego vuestra mente hacia algún buen hábito, cultivándolo en forma constante, hasta que se convierta definitivamente en parte de vuestro ser.
Hay en nuestro interior dos fuerzas opuestas, entregadas a una lucha constante. Una de ellas nos insta a hacer lo que no debiésemos, mientras que la otra nos urge a realizar lo debido, lo que parece difícil; una es la voz del mal, y la otra es la voz del bien, o de Dios.
A través de duras lecciones cotidianas, algún día llegaremos ver claramente que los malos hábitos alimentan el árbol de las aspiraciones espirituales.
Deberíamos concentrar nuestros esfuerzos cada vez más en desarrollar exitosamente el árbol de nuestra espiritualidad, de modo que podamos algún día cosechar del fruto maduro de la realización de nuestro verdadero Ser.
Si eres capaz de liberarte de todo tipo de malos hábitos, y si sois capaces de actuar correctamente porque os nace hacerlo –y no solamente con el objeto de evitar el dolor que acompaña a una mala acción– sabed entonces que estáis progresando de verdad en el Espíritu