GESTIÓN DE PROYECTOS SOCIALES Y CULTURALES
Por Eglis Gaínza
El imperativo de dar una respuesta eficiente a las necesidades sociales de la población peruana y latinoamericana con la urgencia de preservar las identidades nacionales ha condicionado principalmente en los últimos años de neoliberalismo globalizado, una acelerada configuración de la denominada y controversial gestión de la cultura con base en el trabajo comunitario, de la cual forman parte los proyectos sociales y culturales.
Esta modalidad de proyectos se caracteriza por ofrecer una cobertura global, al ser la sociedad y la cultura, formaciones de cobertura total, cuyas áreas de apoyo oscilan entre dos esferas básicas: la administración y el quehacer culturales, las que en su conjunto conforman parte de la actividad humana.
En la gestión de los proyectos sociales y culturales, la administración de la cultura se identifica con procesos de planificación, dirección, coordinación y evaluación, en los cuales la participación de los beneficiarios de los proyectos es determinante porque implica que sean escuchados y a la vez partícipes de la toma de decisiones. En cuanto al quehacer cultural, componente indispensable de la gestión, junto a la administración, incluye procesos como la animación, la preservación, la creación y la divulgación, que complementan a la administración.
La cobertura global de la gestión de la cultura apoyada por la administración y el quehacer culturales permite a través de los proyectos sociales y culturales, alcanzar la eficiencia en la operacionalización de las políticas sociales y culturales en escenarios locales, por gestarse en éstos las claves de la cultura.
En el Perú particularmente se le debe prestar mayor atención a la planeación de las políticas sociales y de la cultura porque éstas se encuentran en el centro de la mediación de la realidad — acción, — propósito, donde lo sociocultural se construye y reconstruye continuamente con un contenido altamente renovador a través de la acción de las prácticas sociales, principalmente de las cotidianas,que por su sentido local, manifiestan como ninguna otra, la cultura.
Desde mi punto de vista faltan procesos de coordinación que posibiliten la división, distribución y asignación de recursos que es determinante en la ejecución de los proyectos sociales y culturales.
La evaluación, como parte de la administración cultural, permite darle un seguimiento a todo el proceso por lo que no se trata de evaluar resultados finales, sino trayectorias.
En la animación, preservación, creatividad y divulgación de los valores populares se encuentra el quehacer cultural, componente de la gestión de la cultura, en cuyo interior se diseñan y ejecutan los proyectos sociales y culturales.
Lograr dinamizar los procesos culturales con participación y creatividad de los beneficiarios de los proyectos, es la aspiración mayor de la animación cultural.
Desde esta perspectiva se logra estimular la iniciativa y la toma de decisiones de las comunidades en la dinámica de su desarrollo integral, constituyendo la animación, parte de la metodología de los proyectos sociales y culturales, al ofrecer un conjunto de técnicas de la pedagogía participativa, las cuales promueven a través de la divulgación, prácticas voluntarias generadoras de calidad de vida.
Se preservan así los valores y las pautas fundamentales del comportamiento de la gente, no en el sentido folclórico tradicional de ser muestras museables, sino en el del diálogo cotidiano y constante con el otro, al cual contribuyen las acciones de los proyectos sociales y culturales.
La creatividad, como parte del quehacer cultural de la gestión de la cultura, contribuye a través de los proyectos a desarrollar la capacidad de los beneficiarios para utilizar de un modo infinito los recursos finitos. Se establece entonces la creatividad en una condición de autoconocimiento, de habilidad comunicativa y de valía incalculable en el manejo de conflictos.
La creatividad como expresión de la gestión de los proyectos sociales y culturales posibilita conformar totalidades en la percepción de la gente, combinar elementos eficazmente para enfrentar los desafíos de sociedades cada vez más dinámicas.
En Perú particularmente en la concepción de los proyectos deben conjugarse mucho más dimensiones técnicas, asociadas a los procedimientos; humanas, que expresan las relaciones interpersonales, matizadas por los más diversos intereses, generadores de las motivaciones que sustentan a las acciones; y de gestión, en función de la armonía y del equilibrio de los componentes de la sociedad como sistema.
La importancia genérica de la gestión de proyectos se conforma por el proceso de planificar, dirigir y controlar subsistemas sociales en un entorno económico de costo mínimo y de tiempo breve.
Los proyectos se han concentrado tradicionalmente en el esquema de la creación de un producto o servicio nuevos. Una peculiaridad de los proyectos sociales y culturales es que rompe este esquema de producto y servicio para emerger con una propuesta sin precedentes: la de estar formando parte del ciclo reproductivo de la cultura, en el cual los resultados son más cualificables, que cuantificantes en los diferentes distritos o regiones.