BENEFICIOS DE LA PNL A LA ORATORIA
BENEFICIOS DE LA PNL A LA ORATORIA
- El cerebro de cada individuo tiene sus propias particularidades, no hay dos que sean exactamente iguales.
- En este mismo sentido a continuación se realizará una breve explicación de la aplicabilidad de la PNL, específicamente en el campo educativo.
- En el sistema educativo, a menudo o con mucha frecuencia se hace énfasis en el uso de uno de ellos (hemisferio izquierdo).
- Se espera que el individuo asimile información, trabaje casi exclusivamente con palabras y números, con símbolos y abstracciones.
- Se le da gran importancia al hemisferio izquierdo y pareciera que el hemisferio derecho es poco útil.
- Al individuo no le es permitido funcionar con todo su potencial, es decir, con todo su cerebro. Omitir el uso de ambos hemisferios constituye una grave pérdida.
- Es necesario equilibrar su uso para despertar el interés y la comprensión en los individuos involucrados.
- En el proceso de aprendizaje, el uso de estrategias que estimulen el hemisferio derecho puede significar la diferencia entre éxito y fracaso.
- Es válido porque insta al individuo para que trabaje de modo antagónico con su estilo de aprendizaje, respetando sus posibilidades.
- El individuo es entrenado para usar casi exclusivamente el hemisferio izquierdo, es decir, para que ejecute procesos lineales con pocos estímulos para desarrollar sus capacidades del hemisferio derecho.
- De allí que tienda a confiar en un número limitado de estrategias, encontrándose en desventajas en situaciones que exigen una gama más amplia de capacidades intelectuales.
- Los hemisferios cerebrales funcionan de maneras diferentes y eso permite ampliar tanto el concepto de los procesos intelectuales como verbales y analíticos, considerar las capacidades humanas y aprovechar ambos hemisferios, todo mediante la PNL herramienta de comunicación.
La Programación Neurolingüística aporta herramientas fundamentales para:
- Adecuar el mensaje al contexto.
- Manifestar la emoción asertivamente.
- Practicar la escucha activa.
- Asegurarnos que el receptor haya comprendido el mensaje.
- Aprender a colocarnos en los “zapatos del otro”.
- Prestar más atención al COMO lo decimos que al QUE decimos.