APRENDER DE LOS NIÑOS CAMBIANDO SU EDUCACIÓN
APRENDER DE LOS NIÑOS CAMBIANDO SU EDUCACIÓN
Por: Mg. Eglis Gaínza.
Por estos días Cipal viene trabajando en un proyecto del Gobierno Regional del Callao para llegar a miles de adolescentes con el objetivo de impartir temas de liderazgo y desarrollo personal. Ha sido un reto enorme pero la mayor satisfacción es que a pesar de llegar a lugares pobres, podemos aprender bastante de los niños.
Casi todos tenemos la fortuna de conocer de cerca la magia de la niñez veinte o treinta años después de haber sido niño. Pensamos que no tendremos lecciones, pero cuando son adolescentes de otra cultura recibes aún más aprendizajes.
En estos intercambios me he percatado que muchos de los padres de estos chicos conciben el proceso de aprendizaje como una calle de un solo sentido. Pienso que les convendría dedicar más tiempo a aprender de sus niños, y menos a enseñarles.
Los niños saben cómo pasarla bien, mucho más que la mayoría de los adultos. Los niños saben reír. No necesitan gran cosa para reírse. A veces no necesitan nada. Ellos ríen porque les agrada la sensación.
He reído mucho en estos intercambios porque especialmente los del Callao son bastante espontáneos. No analizan ni encubren cosas, simplemente se mantienen ocupados siendo ellos.
Estos adolescentes son curiosos, todo es una experiencia nueva y emocionante.
Los niños aceptan abiertamente. No tienen prejuicios. Les gustas rico o pobre, blanco o negro. Los niños no se escandalizan por ideas políticas o religiosas. A los niños no les preocupa demasiado bañarse o no bañarse.
Te aceptan a ti. Aceptan las circunstancias hasta el día en que aprenden a no hacerlo. Saben por intuición que tienen que adaptarse al curso de las cosas.
Quisiera que los profesores de hoy entendamos que los niños tienen una gran capacidad de recuperación psicológica y una enorme determinación. Si quieren algo, no se dan por vencidos. Por eso los oímos insistir: Su perseverancia es digna de admirarse y soportarse. Si los vendedores de seguros se capacitaran en un jardín de niños, ¡probablemente el noventa y ocho por ciento no claudicarían en los primeros doce meses! Sencillamente, los niños perseveran. Cuando aprendías a caminar, perseverabas en tu empeño una y otra vez. Te caías y te levantabas.
Tenemos que cambiar el modelo clásico de educación donde el docente es el protagonista, hoy necesitamos llegar a las aulas y darle recursos de aprendizaje a los niños donde se preparen para un mundo cambiante basado en los procesos de aprender aprender, donde los estudiantes hacen algo más que acumular información, sino que puedan desarrollar costumbres emocionales y hábitos de pensamientos para crecer como líderes de sus vidas.